MIRABILIA. El centro, reseña de un No-lugar. Tesis para la Licenciatura en Bellas Artes.

 

Ingresé a Bellas Artes en 1991 y desde ese momento tenía la intuición de que mi recorrido iría por carriles poco convencionales. Mientras que en la universidad profundizaba en el devenir de occidente a través del arte, mi corazón se fascinaba con textos orientales. Desde el comienzo supe que llegada la instancia de tesis, mi trabajo expresaría una amalgama de perspectivas. Así fue, y no fue fácil. 

 

 

El universo simbólico encendió mi obra siempre y la tradición filosófica de la india junto con la iniciación a través del Yoga me dieron el soporte para comprender el rol que esos símbolos jugaban en mí y porqué continuaría utilizándolos hasta la actualidad.

 

 

En esta tesis conecto occidente y oriente, los asocio. Es un ritual de integración de mente y corazón, razonamiento e intuición.

 

 

 

Transcribo aquí parte de la introducción

MIRABILIA 

El centro, reseña de un no-lugar. Interpelaciones a Oriente en estos 10 años de producción plástica personal. 

 Tesis para Licenciatura en Bellas Artes. Universidad Nacional de Rosario.Facultad de Humanidades y Artes. Escuela de Bellas Artes. Área: Teoría y Crítica. Legajo N° C1337/4. Tutor: Dra. Bibiana Cicutti. 

Rosario, abril 2008

 

INTRODUCCIÓN 

"Inmerso en el debate contemporáneo, que cuestiona la idea de centro como fundamento que limita el juego infinito de la significación, en un contexto filosófico donde se propone el descentramiento, la deconstrucción, la desarticulación de la estructura del pensamiento metafísico; el proyecto Mirabilia presenta una producción plástica inspirada en la recuperación del concepto de centro, proponiendo reinterpretarlo a partir de una visión tamizada por el pensamiento oriental, elección que tiene sus raíces en un vínculo personal y directo con el estudio y la práctica del Yoga.

          

Analizando el pensamiento contemporáneo, a través de algunos autores que han seguido la corriente inspirada por Nietzsche, encontramos una firme intención de poner en tela de juicio la propuesta filosófica occidental y su herencia metafísica. El concepto de Ser asociado a un centro o principio organizador y cristalizante, ha perdido poder. Esa estructura que constituyó la base de la epistemología y la ciencia como tal, ya no tiene donde sostenerse. La muerte de Dios instaura ese cambio de visión y habilita a otro ordenamiento de las cosas. El campo del conocimiento es tomado ahora por el lenguaje, quien propone la sustitución de signos sin final, articulados en una suerte de juego de interpretación.

Se plantea entonces desterrar ese centro, dislocar esa estructura haciendo hincapié en lo no central, los bordes, el detalle, el tejido, lo histórico, lo íntimo, el afecto.

El Ser es ahora acontecimiento, esta inmerso en el cambio, y vinculado a la muerte. Está sostenido por un sujeto débil, opuesto al de la razón cartesiana, capaz de estar en la vida aceptando su vulnerabilidad.

Ahora bien, desde esta contemporánea plataforma filosófica, donde el centro es rechazado por ser un símbolo de organización metafísica de la ciencia como conocimiento, proponemos girar hacia una óptica radicalmente diferente, que por lo menos en lo que respecta al campo del pensamiento, no ha sufrido el mismo devenir histórico que nuestra cultura occidental y no ha sido permeable al moderno pensamiento científico.

El pensamiento oriental, en este caso el hindú tradicional advaita o no dual,  propone, desde milenios, el mismo concepto respecto de las cuestiones del conocimiento y del Ser, y de cómo estas se vinculan a la idea de centro y su expresión en el arte. Comprende que la naturaleza humana es trascendente, y que esa es una realidad evidente para quienes se dan cuenta de ello. Conocer es experimentar esa realidad. No existe objeto de conocimiento, sino más bien un propiciar el reconocimiento. La teoría, los rituales, las prácticas, e incluso el arte, están apuntados tradicionalmente a esa función.   

El centro simboliza lo trascendente, lo que no puede ser hallado, e indica a su vez nuestra naturaleza primordial. Desde esta concepción, somos el centro aquí y ahora, como vacío-pleno que sostiene el devenir y los cambios. El sentido de las imágenes centradas, dentro de ese contexto, es simbólico, se funda en conducir al observador a la identificación con el centro, para que de esta forma pueda experimentar y reconocer ese no-lugar.

 

Mirabilia, obra personal que analizaremos en el presente trabajo, es una producción plástica que recupera y recrea este último concepto, reiterándolo indefinidamente y actualizándolo una y otra vez.

Nutriéndose de imágenes remotas, las acerca y las presenta reeditadas, atravesadas por una historia íntima particular, donde se mezcla yoga, filosofía, música, cocina, campo, ciudad y arte.

Mirabilia apela al poder del símbolo, al terreno de la intuición, al corazón. Procura recordar lo sagrado del instante, la magia de lo que no puede explicarse.

 

Invita constantemente a recordar el centro. Pero… ¿qué centro?"

 

 

Comparto el trabajo completo en el siguiente link para quienes quieran leerlo; pido disculpas por posibles errores y ojalá sirva de inspiración para alguna mente curiosa.